Los Gnósticos I

Montserrat Torrents J.



La Gnosis fue un fenómeno intelectual y espiritual de enorme repercusión en el siglo ii d. C., un producto del cruce de la filosofía helénica con las nuevas corrientes religiosas de la época. Hay una Gnosis judía, al lado de una Gnosis cristiana, que mezclan los influjos del platonismo y neoplatonismo con temas bíblicos, y con una especial religiosidad muy propia de ese tiempo tan agitado espiritualmente, «una época de angustia y ansiedad», según dijera Dodds. Para el Gnosticismo, el hombre es un ser ambiguo, que contiene un principio divino, una chispa o centella inmortal que aspira a reintegrarse en su fuente original de donde ha caído en este mundo degradado y doliente. Tal es la creencia fundamental que enlaza a las diversas sectas de lo que llamamos Gnosticismo, uno de los capítulos últimos de la historia del espíritu griego. En esa larga contienda del mythos y el lógos la Gnosis representa un extraño momento de combinación de ambos, una especie un tanto bastarda de lo helénico y lo oriental, pero con muy claros ecos de la tradición platónica e incluso pitagórica.